Por César Sánchez MartínezYa han pasado más de cuatro siglos del natalicio del célebre pintor Rembrandt Harmenszoon van Rijn, calvinista holandés que nació el 15 de julio de 1606 en Leiden, la cuarta ciudad más importante de la actual provincia de Holanda Meridional en el Reino de los Países Bajos, que tiene doce provincias. Es decir, Rembrandt vino al mundo en un “pueblito” holandés.
Este eximio creyente que profesaba la fe evangélica, básicamente la religión calvinista, que era la oficial en aquellos días en Holanda, pintó temas bíblicos en su fructífera vida artística, superando los 200 cuadros que se exponen actualmente en los mejores museos del mundo. Sólo su muerte ocurrida el 4 de octubre de 1669 en Ámsterdam paralizó su prolija labor de mostrar al mundo la historia bíblica enseñada en sus días sólo en las iglesias. Su patrimonio artístico es una forma de evangelización global en su tiempo y en los actuales.
Este eximio creyente que profesaba la fe evangélica, básicamente la religión calvinista, que era la oficial en aquellos días en Holanda, pintó temas bíblicos en su fructífera vida artística, superando los 200 cuadros que se exponen actualmente en los mejores museos del mundo. Sólo su muerte ocurrida el 4 de octubre de 1669 en Ámsterdam paralizó su prolija labor de mostrar al mundo la historia bíblica enseñada en sus días sólo en las iglesias. Su patrimonio artístico es una forma de evangelización global en su tiempo y en los actuales.
En total, Rembrandt trabajó unos 600 cuadros, aparte de numerosos dibujos y grabados. Adolescente aún, abandonó sus estudios universitarios para dedicarse a la pintura estudiando en diversos talleres y recibiendo la influencia del italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio y del alemán Adam Elsheimer, connotados maestros de la época. Joven aún abre un taller en Leiden, elaborando su primera obra inspirada en el apedreamiento de Esteban, denominado La Lapidación de San Esteban y luego, la Resurrección de Lázaro (1630) que es un óleo que pertenece actualmente al Museo de Arte de Los Angeles. Ese mismo año pintó Jeremías lamenta la destrucción de Jerusalén que forma parte del Rijksmuseum de Ámsterdam.
En 1630 se instala en la capital holandesa y se asocia con el empresario Hendrick van Uylemburgh, ganando fama y fortuna. Su situación económica mejora cuando se casa en 1634 con Saskia van Uylemburgh, prima de su socio y poseedora de una excelente dote. Ella le ayudó a impulsar su carrera al relacionarlo con potenciales clientes, e incluso se convirtió en su modelo. En el Museo del Prado en Madrid, se conserva el cuadro Artemisa (1634), que es un retrato de la reina de Pérgamo, donde Saskia sirvió de modelo. También en el Museo Pushkin de Moscú se halla su pintura La incredulidad de Santo Tomás (1633).
Sus obras La Ascensión de Cristo y el Lamento de Jeremías causaron impacto entre sus admiradores obteniendo importantes ganancias económicas, así como renombre universal. Obtiene notable éxito también por El sacrificio de Isaac y El banquete de Sansón. En El predicador Cornelis Claesz Anslo y su esposa, lienzo que se halla en el Museo de Berlín, Rembrandt expresa su espíritu sosegado, pintando al pastor explicando un pasaje bíblico a su esposa que escucha en silencio, tal como ocurre en los sermones evangélicos de la actualidad. Otras obras importantes fueron El Banquete de Belshazzar (1635) que se exhibe en la National Gallery de Londres y Sansón cegado por los filisteos (1636) que pertenece al Museo de Frankfurt.
Su primera desgracia ocurrió en 1642 cuando muere su esposa Saskia, algunos meses después de dar a luz a Titus, el único hijo que les sobrevive. Al quedar viudo, se le acusa al artista de vivir en concubinato con su sirvienta Heindrickje Stofeels, muchacha que marcó su vida hasta el final de sus días. Ella fue contratada como ama de llaves y terminó convirtiéndose en su concubina y modelo. Por esos años pinta Jesucristo y la mujer adúltera (1644) que pertenece a la colección del National Gallery de Londres, el lienzo David y Urías que forma parte de la colección Hermitage del Museo de San Peterburgo, y Adoración de los pastores que se exhiben en el Museo de Munich.
En obras como José y la mujer de Potifar (1655) del Museo Staaliche Kassel de Berlín, Jacob bendice al hijo de José (1656) también del mismo museo alemán y El regreso del hijo pródigo de la colección Hermitage, Rembrandt se concentra en el elemento narrativo de la Biblia y empieza a pintar parábolas, profecías, patriarcas y hechos del relato bíblico. Posteriormente crea iconografías adecuadas a la mentalidad protestante de la época como La cena de Emaús (1648) que forma parte del Museo Louvre de París, La novia judía, Jacob bendiciendo a Efraín y a Manasés (1656) y Saúl y David (1659) que pertenece al Mauritshuis, The Hague de Holanda.
Su pintura El sacrificio de Abraham que pertenece a la colección Hermitage fue adquirida en 1779 por Catalina, la hábil emperatriz rusa poseedora de la más grande colección de obras de arte. Otros lienzos que también ganaron fama y dinero para el artista, fueron Pedro reniega de Cristo (1660) que pertenece al Rijksmuseum de Ámsterdam, El evangelista Mateo (1661) que se exhibe en el Louvre de París y El asno de Balaam (1666) que está depositado en el Museo Coqnag-Jay de París. También San Pablo Apóstol que forma parte del Museo Kunsthistorisches de Viena y La ceguera de Sansón que pertenece al Städelsches Kunstinstitut de Frankfurt.
La última compañera de artista, Hendrickje murió en 1663 y su hijo Titus en 1668, mientras que Rembrandt falleció once meses más tarde a los 63 años, siendo uno de los más innovadores y excepcionales artistas de todos los tiempos.
El autor es escritor y periodista especializado en Economía. Miembro de la Primera Iglesia Bautista del Callao desde 1974.
